Reviviendo la portada Eres que protagonizaron Mónica Naranjo y Luis García en 1995

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Cuando pensamos en juntar a Mónica Naranjo y a Luis García en una portada, de entrada, parecía que no tendrían nada en común. Ella, cantante; él, futbolista. Ella, súper moderna, y él un deportista conservador. Sin embargo, encontramos en común un gran deseo de sobresalir, de luchar por sus metas y de triunfar a pesar de todos los obstáculos. Cuando ambos fueron portada de la revista Eres en marzo de 1995, Mónica tenía 20 años y llevaba tan solo año y medio en la industria musical.

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Reviviendo la portada Eres que protagonizaron Mónica Naranjo y Luis García en 1995

Mónica Naranjo

Sobre la experiencia que tenía en aquel entonces, Mónica reveló haber vivido muy aprisa: “A los 17 años me tuve que ir de casa a buscarme la vida. Colgué todo, empezando por los estudios; también sacrifiqué lo más valioso en la vida: mi familia. Un día, estaba en una discoteca haciéndole a la loquita con unos amigos, me dieron un micrófono y me puse a cantar, y por cosas de la vida, estaba ahí uno de los conductores más importantes de la televisión española que presenta videos, y él me llevó con Cristóbal Zarzano. A raíz de eso, empecé a componer y a mandarle todo lo que escribía, todo lo que yo jamás había enviado a nadie”.

La artista también reveló que comenzó a componer música y tocar el piano desde que era una niña y aseguró que la inspiración es algo con lo que naces, no algo que se puede enseñar.

“Desde los once años empecé a tocar el piano. Saber tocar un instrumento no es inspiración, es una técnica de ir todos los días ensayando un poquito”.

Luis García

Luis García se encontraba cumpliendo uno de sus más grandes sueños: pertenecer al equipo que admiraba cuando era niño: el América. El deportista confesó cómo fue que empezó a jugar futbol:

“Desde lo siete años, cuando vivía en Satélite y jugaba con los chavitos de la cuadra, y después me metí a una liga donde era portero. Estuve ocho años ahí, hasta que a los 15, se me dio la oportunidad de ir a jugar a China, al mundial infantil. Al poco tiempo de regresar, me contrataron en Pumas, donde estuve 8 años, de ahí me fui a España, donde estuve en el Real Madrid, dos años, y en el Real Sociedad de San Sebastián, medio año, y regresé para entrar al América.

Sobre lo que sintió la primera vez que se paró en un estadio como profesional, Luis confesó que estaba muy nervioso; entró a jugar nada más 20 minutos, y aunque no recuerda si llegó a tocar le balón, no olvida los nervios que sintió: “Llegar a un estadio y verlo lleno te emociona, y más pensar que toda esa gente que está ahí, pagó por verte jugar, y es una manera de saber que toda esa gente valora lo bien o mal que haces tu trabajo”.