Aunque es mucho más fácil culpar a los demás cuando todo va mal… lo cierto es que muchos de los problemas que originamos vienen de nosotros y nuestra toxicidad. No te preocupes, casi todo el mundo pasa por un periodo de ser un poco tóxico. El problema es cuando normalizamos estos comportamientos y lastimamos a … Leer más
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Aunque es mucho más fácil culpar a los demás cuando todo va mal… lo cierto es que muchos de los problemas que originamos vienen de nosotros y nuestra toxicidad. No te preocupes, casi todo el mundo pasa por un periodo de ser un poco tóxico. El problema es cuando normalizamos estos comportamientos y lastimamos a otros con ellos. Estas son algunas señales de que eres una persona tóxica. Identificarlas te ayudará a trabajar en ello, mejorar y volver a un lugar positivo y emocionalmente sano.
Si te cuesta sentirte feliz por otras personas, indica que no te sientes realizado en tu propia vida. Sé lo difícil que es alegrarse por los demás cuando parece que nada te sale bien… pero sentir celos y envidia o incluso enfadarse por la buena suerte de otra persona no hace más que alimentar a la bestia tóxica que llevas dentro.
Si tienes un problema con todo el mundo…. entonces tal vez tú eres el problema. Recuerda que en primer lugar, lo semejante atrae a lo semejante. Las personas emocionalmente sanas atraen a otras personas emocionalmente sanas. Si eres tóxico, probablemente atraerás a gente tóxica. Todos encontramos consuelo en lo familiar aunque sea malo para nosotros.
Si nunca tienes la culpa de nada y siempre es otro el culpable… puede que tengas un problema de responsabilidad personal. Quizá siempre necesites un chivo expiatorio para explicar por qué tu vida es como es… es porque todos los hombres (o mujeres) son inmaduros… tus padres te han fastidiado… es la sociedad, es la economía, es el patriarcado, etcétera. Detente un momento para preguntarte qué has hecho para que la vida no te sonría (según tú).
Los vampiros emocionales tienden a drenar la energía vital de las personas con las que interactúan. Básicamente tratan a los demás como vertederos emocionales. Realmente no les importa lo que otras personas están pasando, todo se trata de ellos y sus necesidades.
Tienen una necesidad excesiva de validación y dependen de los demás para sentirse bien consigo mismos. Esperan que los demás siempre estén ahí para ellos aunque no les devuelvan el favor y cuando la gente deja de responderles, se sienten heridos y ofendidos.
Hazte las siguientes preguntas: ¿Eres una buena persona? ¿O eres malo, desagradable, irascible, amargado, celoso y rencoroso? ¿Te enfadas fácilmente con todo el que te rodea? ¿Estás constantemente juzgando a los demás? Estos comportamientos vienen de heridas internas que no has querido o sabido solucionar. Así que míralo más de cerca: ¿de dónde viene realmente?
Haz un esfuerzo por ser más amable con las personas: desde tus seres queridos hasta los desconocidos de la calle. Esto hará que te sientas mejor contigo mismo y cambiará la forma en que la gente te responde, lo que dirigirá tu vida en una vía más positiva.
Muchas veces las personas se vuelven tóxicas como resultado de heridas en el pasado, tal vez por sus padres, amigos o en relaciones sentimentales. En primer lugar, reconoce la fuente de tu dolor y luego trabaja para sanar esas partes.
Algunas personas pueden hacerlo por sí mismas, mientras que otras pueden necesitar la ayuda de un terapeuta. En cualquier caso, no puedes cambiar lo que no reconoces, así que deja de esconderlo bajo la alfombra y afróntalo.
No puedes controlar a los demás ni lo que ocurrió en el pasado, sólo puedes controlarte a ti mismo y cómo reaccionas ante las cosas.